VENUS CNIDO
Obra de Praxíteles de Atenas.
Se trata de una escultura exenta en bulto redondo, cuya
copia más fiel se conserva en los Museos Vaticanos. Realizada en mármol.
Praxíteles realizó esta obra para colocarla en un templete
abierto en el Santuario de Cnido.
De temática mitológica, representa a la diosa afrodita
(Venus para los romanos), Diosa del amor y la Belleza, hija según la versión
más aceptada de la espuma del mar que surgió tras la castración a Urano, aunque
otras versiones minoritarias la hacen hija de Zeus y Dione. Es una Diosa muy
poderosa, hasta tal punto que tiene poder sobre los hombres así como sobre los
dioses. Los propios griegos diferencian dos Afroditas, la Afrodita Urania
vinculada a un amor más sagrado y más celestial, y la Afrodita Pandemos,
vinculada a un amor más terrenal y erótico.
En este caso se la representa saliendo del baño, desnuda,
siendo la primera vez que se representa así a la diosa y fijando de esta manera
Praxíteles un ideal de belleza femenina desnuda como ya existía de la
masculina. La Diosa, se inclina un poco hacia adelante y hacia un lado,
acentuando así el gesto de cubrirse al salir de las aguas como si alguna mirada
indiscreta la hubiese descubierto en ese precio momento. La inclinación y el movimiento del cuerpo dan
lugar a un contrapposto característico de las obras de Práxiteles, la llamada
curva praxiteliana. Se arquea ligeramente el cuerpo buscando un punto de apoyo
ajeno a la figura lo que la obliga a doblar una pierna, punto de apoyo que se
consigue con las vestiduras que la diosa deja caer desde su mano y a su vez se
apoya en una hidria.
Es una figura esbelta, con un canon alargado cercano a las 8
cabezas como el de Lisipo y que deja atrás el canon de 7 cabezas de Policleto.
Eñ rostro, refleja una actitud relajada y sensual.
Fue colocada en una capilla abierta en la que podía
contemplarse por todos los lados, y según Plinio, se la admiraba de igual
manera desde todos los ángulos a pesar de que, como todas las obras de
Praxíteles fue concebida según un punto de visión principal.
Estas esculturas se barnizaban con cera transparente, la gánosis,
para fundir de esta manera los colores aplicados a la obra. También se coloreaban
los ojos brillantes hasta obtener un aspecto húmedo, ensoñador, (hygrós) muy
apreciado en aquellos momentos.